Estudio escrito Por Michael Garcia.
Es evidente que en
la Biblia no existe en ninguna parte este concepto que hoy erróneamente se ha
adoptado en algunos movimientos cristianos, donde a la esposa del pastor se le
llama "pastora". No importa si se hace con buena intención o no, o el
pretexto o excusa que se tenga para ello, esto sencillamente no aparece en la sana doctrina Nuevo
testamentaria.
Esta practica al no ser bíblica, antes ha sido
adoptada por tradiciones y sentimentalismo meramente humanos, se ha prestado
para muchas cosas, pero específicamente de mujeres esposas de pastores que al
llamarlas "pastoras", creen ellas que también tienen autoridad y
dominio en el ministerio de sus maridos pastores; pues la tendencia es esa, y
que no son meras esposas de pastores, sino que también ellas pueden tomar e
imponer decisiones eclesiásticas por ellos, y hasta reemplazarlos cuando ellos
se ausentan.
Y me refiero, más bien a mujeres que, por el hecho
de estar casadas con varones que son los pastores de las iglesias, creen ellas
que son de igual manera "pastoras" con el mismo llamado,
responsabilidad y autoridad que su esposo, al punto de remplazarlo en su
ausencia. Si alguno piensa de esa manera, por favor búsqueme los versículos
bíblicos que apoyen tal concepto. Porque esto sencillamente no es bíblico. En
el Nuevo Testamento, tenemos buenos ejemplos de esposas y mujeres virtuosas,
sabias, consagradas y dedicadas que servían y colaboraban en el ministerio
juntamente con sus esposos y maridos en la iglesias. Aunque no por eso se les
llamaba "apóstolas", "obispas"; sin embargo ellas sí
cumplían una obra muy importante y necesaria, tanto como la de los varones. La
Escritura nos da un ejemplo de ello en 1 Corintios 9:5, por palabra del apóstol
Pablo, hablando de los derechos de los ministros, diciendo: "¿No tenemos
derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros
apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas? Note, que aquí en el texto se le
llamó "hermana" a la mujer de un apóstol o ministro, y nunca se le
dijo "la apóstol", ni "la pastora".
Algunos cristianos en su ignorancia acostumbran a
dejar a un lado la enseñanza bíblica para apoyarse en su propio racionamiento
humano, demostrando fanatismo e ingenuidad. Y piensan que es una falta de
respeto no llamarle "pastora" a la esposa del pastor. Si ese
argumento fuese cierto, habría que preguntarse ¿Acaso los santos apóstoles del
Señor le faltaron el respeto a su esposas por no llamarlas
"apostolas" u "obispas en la Biblia? ¿Acaso Dios se equivoco al
inspirar que en su Palabra Escrita se le llamé solo en el buen sentido
"hermanas" a las esposas de sus siervos, en lugar de
"pastoras" o "apostolas". Por supuesto que no, Dios no se
equivoca, y no es una falta de respeto el llamarle "hermanas" o "vuestras
esposas y mujeres", sino, más bien, es un designio bíblico puesto por Dios
mismo (Romanos.16:1; Filemon.1:2). Quien elige sus ministros es el Espíritu de
Dios. No es el marido ni los feligreses quienes deciden sobre un asunto tan
importante
Otros se equivocan al argumentar que el hombre al
ser una sola carne con su mujer, por ser el pastor, a ella también se le debe
revestir de la misma autoridad llamándola pastora. Este argumento falla
gravemente, pasando por alto el contexto original de la frase "una sola
carne", frase que en la Biblia se refiere sola y exclusivamente al tema
del matrimonio: "Por esto dejará el hombre a su padre y madre, y se unirá
a su mujer, y los dos serán una sola carne (Mateo.19:5); el marido como cabeza
del matrimonio, y su esposa como ayuda idónea (Efesios.6:23-24). Porque el
ministerio no se delega o se otorga por herencia, sino que se da por
llamamiento, implica que Dios es el único que puede llamar al ministerio. El
marido como pastor, si puede compartir el que su mujer "como ayuda
idónea" colabore y sirva con él en el ministerio, pero NO puede, bajo
ninguna circunstancia, delegar su llamado y responsabilidades de pastor a su
esposa, ya que Dios le pedirá cuenta por las ovejas solo a él como pastor, no a
su esposa (Efesios. 4:11; Hebreos.13:17).
Surge la pregunta: ¿Si una mujer se casa con un
doctor, automáticamente se convierte en una doctora, autorizada a ejercer la
medicina por el solo hecho de estar casada con un doctor? ¿O si se casaré con
un electo presidente de una nación, automáticamente por eso a ella se le llama
presidenta o gobernadora bajo la misma facultad de autoridad de su esposo? ¿O
si un esposo se casa con una maestra de colegio, por ello también él
automáticamente se convierte en maestro? La respuesta definitivamente es NO,
sabemos que no funciona así. Así como el hecho de estar casada con el pastor no
hace a su esposa "pastora", tampoco implica de manera automática que
deba ser líder dentro de la iglesia; la única manera aceptable de ser líder en
el ministerio es porque Dios ha llamado a la persona.
En la Biblia es lo mismo. En el Antiguo Testamento,
cuando Dios llamó a Moisés al ministerio como su profeta, no vemos que Dios le
haya llamado a la esposa de éste, Séfora, la "profetiza". En el caso
de Abraham el patriarca, a su mujer nunca se le llamó la "patriarca".
De igual manera, en la Biblia por el hecho de ser esposas de los profetas y
sacerdotes nunca se les llamó "profetizas" o
"sacerdotisas". Asimismo ocurre en el Nuevo Testamento, en 1
Corintios.9:5, vemos que a las esposas de los apóstoles que colaboraban y les
acompañaban en sus viajes y en la obra de la iglesia no las llaman
"apostolas", ni "pastoras" ni "obispas. Vemos también
el caso del apóstol Pedro, el cual se presenta como anciano y pastor (1
P.5:2-3), y jamás observamos que el Espíritu Santo de Dios se dirige a su
esposa en la Biblia como la "anciana" o la "pastora", sino
que el único calificativo que le asigna la Escritura es de "hermanas"
o "vuestras esposas y mujeres" (1 Co.9:5), y eso no se considera
falta de respeto ni una cuestión machista o feminista, sino una ordenanza que
el Señor estableció en la Escritura.
¿Esto Significa que por el hecho de que no se le
llamé "pastoras", a la esposa de un pastor es que ella sea menos
importante o inferior para Dios?. De ninguna manera. Porque todos en dignidad y
en cuanto a la salvación se refiere somos iguales delante de Dios, ya sean
judíos, gentiles, libres, esclavos, hombres o mujeres. Pero en cuanto al
llamamiento de ministerios Dios ha establecido un orden en la iglesia, esto, sobre
quienes Él haya llamado. Aquí no solo se trata de respetar el liderazgo y
posición del esposo, tanto en el hogar como en la iglesia, sino también de
reconocer y aceptar que ese lugar le fue asignado por Dios, por lo tanto, no
debe estar a discusión.
Y en este tema no hay viceversa. Solo en el ámbito
del hogar y en la iglesia, Dios asignó diferentes roles a los hombres y a las
mujeres. Este orden es como resultado directo del modo en que la humanidad fue
creada (1 Timoteo 2:13), y la manera en que el pecado entró en el mundo (2
Timoteo 2:14). Dios, a través de los escritos del Apóstol Pablo, restringe a
las mujeres de servir en roles de autoridad de enseñanza espiritual sobre los
hombres. Esto impide a las mujeres servir como "pastoras", lo cual
definitivamente incluye enseñar y tener autoridad espiritual sobre los hombres:
“el obispo… sea apto para enseñar” (1 Tim.3). La frase “apto para enseñar” es
un calificativo dado exclusivamente a los varones (1 Timoteo 3:1-13; Tito
1:6-9). En la iglesia, la mujeres maduras en edad y espiritualmente tienen como
rol bíblico el enseñar e instruir a las mujeres más jóvenes (Tito. 2:3-5). Esto
permitirá capacitar y fortalecer las familias y los matrimonios más jóvenes.
También se exhorta a las mujeres de su importante rol de instruir a sus hijos
en el Señor (Proverbios.22:6). Solo se le restringe enseñar a los hombres y
ejercer dominio sobre ellos, esto, dentro de dos esfera: el matrimonio y la
iglesia.
Finalmente, la lista de requisitos más importante
que una esposa debe procurar cumplir la encontramos en Tito 2:4-5 “que enseñen
a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes,
castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la
palabra de Dios no sea blasfemada.” La mejor manera de apoyar al esposo-pastor
es cumpliendo lo que Dios dice en la Biblia para toda mujer; respetando su
ministerio. No hay que olvidar que el pastor es él, al que Dios llamó a guiar a
sus ovejas fue a él, no a su esposa. ¿Significa esto que la esposa del pastor
debe permanecer ajena e indiferente ante las necesidades de la iglesia? No,
amados hermanos, la esposa debe ser la ayuda idónea de su esposo-pastor,
implica que debe auxiliarlo en lo que que se necesite, pero siempre teniendo en
claro que mientras para su esposo-pastor el ministerio en la iglesia es una de
sus prioridades, la de ella como esposa debe ser su familia (1 Corintios
7:32-35). La mujer cumple unos roles tan importantes como los del varón, y no
se pueden sustituir; ella tiene cualidades y virtudes únicas y propias que
cuando las ejerce como manda Dios es de gran bendición para su familia y la
iglesia. Dios bendiga en gran manera a todas las mujeres
virtuosas.
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